jueves, 18 de agosto de 2011


Llegaste de madrugada
antes que la luz del día.
Bonita como una rosa
blanca como nácar fina.
Radiante como el lucero
que el firmamento ilumina.
Eres brote de la rama
que de mí fue desprendida,
y llevas la misma sangre
que corre en las venas mías.
Serás, al correr del tiempo,
para mis pasos el guía,
apoyo de mis desmayos,
en mi tristeza, alegría,
y cascabeles de plata
serán para mí tus risas.
Cuando pasando los años
a mí me falte la vida
y tú sigas floreciendo
preguntarás algún día:
¿Qué fue de aquella abuelita
que me hizo la poesía?

Agosto 17/2011



la abuela Lujan.

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